-¿Has conseguido alguna vez el silencio absoluto?
- No, ¿y tú?
- Si, una vez en mi antigua habitación, es muy difícil escuchar
el silencio, pero bueno para eso tenemos cuatro sentidos más. Deberías usar la
vista para mirar lo que hay enfrente, porque el silencio aquí no lo vas a
conseguir te lo puedo asegurar.
- Tienes razón la verdad que es un buen lugar, se ve todo.
- Hasta las cuatro torres de Madrid. Pero los ahí mejores
pero me los reservo para otra ocasión, quedan lejos para
- Ala es cierto, me parece bien iremos otro día, total las
vistas desde aquí con muy buenas.
- Descansemos un poco aquí, mientras miramos el paisaje, que
luego debemos seguir andado un rato más para volver.
- ¿Qué me dirías de los demás sentidos?
- No se el olfato es un poco indiferente y más en está época
del año donde no puedo oler nada. Y del tacto y del gusto pues mira te diré que
en pocas ocasiones son los mejores de los cinco, en ocasiones es totalmente
necesario que se una, sobre todo si es para tocar una piel suave y unos sentir
unos labios.
- Ya, desgraciadamente esas ocasiones son las mejores, pero
no es el momento para que se den, esperemos que algún día.
- Bueno más que esperar, vivamos y el tiempo ya dirá que es
lo que pasa. Pero Malasaña es un buen
barrio para vivir, tenlo en cuenta.
No se, que pasara pero mi cabeza se pregunta hasta que punto
fuimos cada uno egoísta y si yo por lo menos lo hice bien. Pero como en
cualquier novela policiaca, lo mejor es que ni el narrador sabe que va a pasar,
por lo menos en las buenas novelas.
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